En el 1570, Felipe II dio rienda suelta a su afición por los caballos y a su proyecto de crear el caballo pura raza español. Para ello mando construir las Caballerizas Reales en los antiguos terrenos del Alcázar de los Reyes Cristianos.
En ellas se crió el caballo español, también llamado caballo andaluz, de ascendencia árabe, muy apreciado para montar.